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Berta Martín-López: El paradigma de las contribuciones de la naturaleza a la gente

Da click aquí para leer la versión en inglés.

Más de 550 científicos de más de 100 países alertan que el bienestar humano esta en riesgo ya que la diversidad biológica, base de nuestros alimentos, agua potable y energía, esta en declive. Su preocupación se basa en los resultados de las cuatro evaluaciones regionales sobre la diversidad biológica y servicios de los ecosistemas —que abarcan las Américas, Asia y el Pacífico, África y también Europa y Asia Central— aprobados por el sexto período de sesiones del Plenario de IPBES suscitado durante la tercera semana de marzo de este año en Medellín, Colombia. El propósito fundamental fue construir acuerdos globales para intentar resolver los problemas que ponen en riesgo la sostenibilidad de la vida en el planeta. Las soluciones que recomiendan se sumarían en dos nuevos conceptos: las Contribuciones de la naturaleza a la gente (NCP, por sus siglas en inglés) y el Conocimiento indígena y local (ILK, por sus siglas en inglés).

Paula Monroy de Future Earth aborda el tema desde la perspectiva de Europa y Asia Central en una entrevista vía Internet con la doctora Berta Martín-López, quien no duda en afirmar que también la cultura, con todo su significado social, contribuye con la naturaleza a un mejor bienestar de las personas.

Lo subraya:

“Normalmente, quienes optamos por el paradigma de los NCP reconocemos que los servicios no solo vienen de la naturaleza, sino también son coproducidos por el capital humano y su cultura,” también agrega, “por su conocimiento y la tecnología.”

Cabe resaltar que Berta es autora principal del informe de evaluación regional de Europa y Asia Central, donde coordina el Capítulo 2 y colabora como editora del capítulo de Deliverable 3(a). Fuera de sus responsabilidades con IPBES, Berta es Profesora en Ciencia de la Sustentabilidad en el Instituto de Ética e Investigación de Sostenibilidad Transdisciplinaria (IETSR) de la universidad alemana Leuphana de Lüneburg, donde centra su investigación en comprender y analizar los sistemas socioecológicos. Su trabajo de investigación tiene como objetivo comprender el suministro y uso de servicios ecosistémicos, así como el conocimiento local y las percepciones sociales vinculadas al comportamiento ambiental y la gobernanza del sistema socioecológico. Berta también fue autora de la revisión de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) coordinada por el Consejo Internacional para la Ciencia (ICSU) en el 2015, y es miembro del comité director científico de ecoSERVICES y el Programme on Ecosystem Change and Society (PECS) de Future Earth.

Berta recuerda que no todo el flujo de bienestar recae necesariamente en la naturaleza, sino de igual manera existe el rol del ser humano para usar o aprovechar mejor los servicios de la naturaleza.

PM: ¿Cuáles son los mensajes claves de los NCP que consideras importantes destacar?

BML: Cuando salió el paradigma de los NCP fueron varios motivos lo que nos llevaron a esa conclusión. Por ejemplo, si solo tenemos en cuenta los servicios que se consideran beneficiosos de la naturaleza, ignoraríamos todas las posibles contribuciones negativas de la naturaleza al ser humano y entre las cuestiones negativas, por ejemplo¸ podríamos considerar el ataque de carnívoros al ganado o a otros animales importantes para el ser humano. Si solamente tenemos en cuenta los servicios de los ecosistemas, no somos realmente justos con las comunidades que están sufriendo o que padecen el impacto de estas contribuciones negativas.

BML: Un elemento en el paradigma es que con los NCP no solo miramos los beneficios, sino también las contribuciones negativas a los impactos. Los NCP pueden ser considerados negativos o positivos. Por ejemplo, en el dialogo de conocimientos locales e indígenas de Europa, los lobos son considerados en un doble rol: positivo, porque se comen los despojos de los animales muertos. Es un beneficio para los ganaderos, porque no tienen que pagar aseguradoras para que se lleven la carroña. Por otro lado, el aspecto negativo es que los lobos pueden atacar a su ganado. Por lo tanto, ellos mismos reconocen esta dualidad. Y para mi esta dualidad es el primer punto que supone una ventaja o un paso más en el discurso de la relación del ser humano con la naturaleza.

Tras ahondar sobre la relación de la cultura y su aportación a la sociedad inmersa en la naturaleza, la doctora en Ecología y Ciencias del Medio Ambiente destaca que, en el marco de los servicios, algunos científicos de humanidades y de ciencias sociales, pero sobre todo humanidades, no se habían involucrado en el tema.

Y da sus razones:

BML: La cultura permea todos los servicios de los ecosistemas. El alimento puede ser un servicio de abastecimiento, puede ser un beneficio material, pero también el alimento tiene mucha cultura. El hecho que tengamos diferentes dietas es una adaptación cultural. Ese reconocimiento de que la cultura es algo transversal también es un avance de los NCP. De ahí que los servicios culturales no los queramos llamar servicios culturales en los NCP, sino que los llamamos contribuciones no materiales en contraposición de las contribuciones materiales de la naturaleza.

BML: Otro punto que me parece interesante tiene que ver con el ILK, porque el paradigma de los NCP reconoce el ILK en la evaluación de servicios. Me refiero a la aproximación contextual y la aproximación generalizable. La aproximación generalizable es cuando intentamos hacer evaluaciones de servicios ecosistémicos o de contribuciones de la naturaleza que sean comparables. Pero también reconocemos que existe la mirada contextual que significa que las contribuciones de la naturaleza no necesariamente encajan en la clasificación de contribuciones materiales, de regulación o no materiales. Por el contrario, representa las aproximaciones de algunas comunidades indígenas o, por ejemplo, como ocurre con los agricultores y pastores con quienes trabajo que tienen una idea mucho más holística, más completa, de las relaciones entre ser humano y naturaleza. Son incapaces de destacar un servicio sobre otros, porque ellos entienden que el alimento en la agricultura extensiva requiere de regulación hídrica, requiere de la fertilidad del suelo, requiere del control de la erosión o polinización. Y esto en conjunto hace un todo.

BML: La aproximación contextual pretende respetar estas miradas más holísticas y sobre todo en las comunidades indígenas donde la madre tierra o la naturaleza es un ser en sí mismo. Pero además¸ reconocemos que puede haber aproximaciones híbridas. Y eso, por ejemplo, lo hemos hecho en la región de Europa y Asia Central. Cogimos los diálogos de ILK y los fuimos analizando poco a poco para encajar sus comentarios, la narrativa de los ganaderos a la lista que teníamos en la aproximación generalizable, dando como resultado un análisis de los NCP desde el ILK.

BML: En resumen, da mucha más flexibilidad y hay un bagaje científico que lo apoya. Y esto me lleva a un punto que es la experiencia previa de haber realizado otras evaluaciones de servicios, tanto en el mileno español y con toda mi investigación. Lo que me ha hecho darme cuenta con el paradigma de los NCP es que cuando leyendo los diálogos de ILK en Europa y Asia Central, los ganaderos destacaban dos aspectos que yo nunca había considerado en mis evaluaciones de servicios¸ porque simplemente no estaban en la lista de la Evaluación de los Ecosistemas del Milenio (MEA), ni en la lista del proyecto ‘The Economics of Ecosystems and Biodiversity’ (TEEB), ni en la lista CICES, que es la Common International Classifications of Ecosystem Services. Estos dos beneficios son el papel de los buitres para eliminar la carroña y el papel de los perros guardianes para proteger al ganado de los lobos. Estos dos servicios los incluimos en la evaluación de Europa y Asia Central y es algo novedoso. Pero, además, de esta manera damos importancia a dos beneficios que hasta ahora no se habían evaluado y con ello damos voz a estos ganaderos. Tiene una relevancia de equidad al reflejar otras voces, otras miradas.

Imagen: ARRONDO ET AL.Puntos visitados por los buitres leonados (a) y negros (b). ARRONDO ET AL.

BML: Por otro lado, tenemos la relevancia política¸ porque con los perros guardianes ahora mismo la Unión Europea tiene una plataforma de coexistencia entre animales carnívoros y el ser humano. Una de las herramientas que se proponen son los perros guardianes. Si no tenemos una evaluación de la importancia de los perros guardianes y de la tendencia de sus poblaciones (que ha tendido a disminuir debido al abandono rural y al hecho de que hace unos años no necesitaban de estos perros guardianes por las poblaciones escasas de lobos), no podemos proponer medidas de gestión para la coexistencia entre el ser humano y los grandes carnívoros.

BML: El conocimiento asociado entre cómo cuidar perros guardianes, como educarles, se ha perdido. Si en algún momento, nosotros nos hubiéramos dado cuenta de estos beneficios, seguramente lo hubiéramos mantenido, los hubiéramos preservado. Por el otro lado, en el caso del otro servicio mencionado de eliminación de la carroña, es muy llamativo, por ejemplo, en el contexto de la Península Ibérica. Hace unas semanas se publicó un artículo en Biological Conservation que mostraba como diferentes especies de buitres no cruzan la frontera política entre España y Portugal. Y su distribución encaja perfectamente con la frontera política. En Portugal, en los últimos 10 años las poblaciones de buitres han disminuido abruptamente. ¿Y bueno, cómo es que los buitres no cruzan la frontera política? Porque mientras en España se permite dejar la carroña en el campo, en Portugal no se permite por razones sanitarias, debido a la enfermedad de las vacas locas. Los buitres no cruzan la frontera¸ porque evidentemente no encuentran los recursos al otro lado de la frontera. Esto es un impacto: si no hay buitres, tampoco se elimina la carroña de otros animales, como ungulados, y si no hay buitres tenemos que pagar a empresas para que eliminen la carroña. Eso no solo tiene un impacto en la naturaleza, sino que también en la sociedad. La experiencia en la evaluación de IPBES en Europa y Asia Central con los NCP me ha hecho darme cuenta de la importancia de mantener una mirada limpia, sin una lista preconcebida de servicios ecosistémicos, para poder descubrir nuevos beneficios de la naturaleza, que hasta ahora no habían sido considerados como tales.

En el Resumen para los responsables de la formulación de políticas (SPM, por sus siglas en inglés) de la biodiversidad y los servicios de los ecosistemas para Europa y Asia Central aprobada por el sexto Plenario de IPBES, se resalta que, hasta ahora, los esfuerzos por conservar la biodiversidad en la región no han sido suficientes. El documento subraya que el aumento de los esfuerzos de conservación y la sostenibilidad del uso de la biodiversidad aumentarían las posibilidades de cumplir los objetivos de biodiversidad nacionales e internacionales. Sin embargo, esto se complica debido a que, generalmente, el crecimiento económico no está desacoplado de la degradación ambiental. Lo cual conlleva la obligación de adoptar una transformación en políticas y reformas tributarias en toda la región.

PM: ¿Cuál consideras es la importancia de los NCP y a tu parecer que representa esto para el futuro de la investigación, para la comunidad de investigadores en el aspecto global?

BML: Lo que representa es que tenemos mucha más flexibilidad y representa que gracias a este reconocimiento de las dos aproximaciones, la generalizable y la contextual, comunidades mucho más marginadas que no tienen voz en la toma de decisiones pero que realmente sufren el deterioro de la naturaleza porque dependen mucho más de ella pueden tener voz. Y pueden tener voz destacando la importancia de la naturaleza para estas personas, para estas sociedades. Y para mí, en el futuro de la investigación de los NCP o de los servicios de ecosistemas, o de las relaciones de seres humanos con la naturaleza, esto podría ser una de las líneas que debemos de investigar. Es el tema de la equidad, tanto la justicia procedural y distributiva. Porque si somos capaces de atraer más voces, también seremos capaces de evaluar como estos beneficios de la naturaleza o como los daños de la naturaleza se distribuyen entre los grandes actores sociales. Y ver realmente quien tiene la carga, y ver realmente quienes son los beneficiados. Y a partir de ahí tomar políticas que no solo favorecen la conservación de la biodiversidad, si no que promuevan la equidad eco-social.

PM: Y, a tu parecer, ¿como se puede implementar la justicia procedural?

BML: En la teoría de justicia ambiental hay tres niveles de equidad: el primero es el reconocimiento y, creo que, con los NCP, uno al menos puede levantar este conocimiento de cómo las comunidades indígenas o las comunidades locales se aproximan a la naturaleza y como se benefician o como sobre ellos recaen muchos de estos conflictos o contribuciones negativas de la naturaleza. Eso es lo primero y en unos países estamos mejorando, por ejemplo, la superficie forestal y no es porque hayamos bajado nuestro consumo de recursos naturales. Es a costa de que estamos eliminando y derribando recursos naturales en otros países.

BML: El otro, por ejemplo, es una situación de mi experiencia en España. Trabajábamos con agricultores en extensivo que mantenían las terrazas en un lugar de montaña con mucha pendiente en un lugar semiárido de la Sierra Nevada. Y estos agricultores hacían esfuerzos por mantener las terrazas y las acequias¸ que son acequias tradicionales¸ y que venían de la época de los árabes en España. Esas acequias son un sistema muy interesante¸ porque lo que hacen es permitir la filtración del agua de arriba de la montaña, en donde están los neveros, a los acuíferos. De manera que en un lugar semiárido en verano podían tener las fuentes con agua. Pero todo ese sistema de acequias no era solamente el transporte del agua¸ porque también favorecía la vegetación riparia (o de ribera) y las diferentes especies asociadas a elementos acuáticos. Esta vegetación riparia también ayudaba a una mayor fertilidad del suelo y a la regulación hídrica. A estas poblaciones de agricultores no se les había escuchado y, de hecho, se las excluyó inicialmente del parque nacional. Gracias, entre otros proyectos como el Proyecto Paisajes Mediterráneos de Montaña (MEMOLA), a una evaluación de los servicios de ecosistemas donde mostramos el papel de las acequias y el conocimiento local asociado a esas acequias para el mantenimiento del hábitat, la regulación hídrica, la fertilidad del suelo y la producción de alimento de manera sostenible, el parque nacional generó un grupo de trabajo para recuperar el conocimiento local de los agricultores y hacer una restauración de las acequias. Por primera vez se les tiene en cuenta en la toma de decisiones y, no solo eso, se ha hecho un programa muy bueno recordando su conocimiento al involucrarlos en la restauración de las acequias.

Foto: IDEAL y Waste MagazineUna de las tantas acequias rehabilitadas en la Sierra Nevada, España. Foto: IDEAL y Waste Magazine.

BML: Esto para mí ha sido un ejemplo de justicia procedural ¸ porque se les ha dado voz y se les ha involucrado. Lo primero que tuvimos que hacer fue demostrar que estaban los servicios; y lo segundo, que había unos actores involucrados en su mantenimiento –que eran los agricultores. Este es un ejemplo donde a través de la evaluación de servicios ecosistémicos, uno puede apoyar la implementación de justicia procedural. Otra cosa es a escala global. Pero de pequeños ejemplos en diferentes lugares uno puede avanzar hacia la justicia procedural.

PM: ¿Y esto en que año sucedió?

BML: El parque nacional se creó en 1999. Nosotros empezamos la evaluación en el 2007 y lo acabamos en el 2012. Pero cuando empezaron con este proyecto de conocimientos locales de las acequias tradicionales fue alrededor del 2010, publicando el Manual del Acequiero.

PM: Uno visualiza las comunidades de América Latina o los indígenas de Canadá, por ejemplo, y como que es muy difícil reconocer la idea que todavía hay indígenas en Europa.

BML: En Europa nuestros indígenas no son como tales reconocidos como indígenas, a excepción por ejemplo del pueblo Sami, pero son los agricultores y ganaderos en extensivo. En ellos recae parte del conocimiento ecológico local que tenemos en Europa. Y, por desgracia, en la evaluación de Europa y Asia Central lo que hemos visto es que es conocimiento ecológico local está desapareciendo y no se está transmitiendo generacionalmente por muchas razones: por la intensificación de los usos agrícolas y ganaderos, por el abandono rural y por otras cuestiones sociales. Y ese conocimiento digamos que está en la generación más viejita y cuando ellos se mueran, se va dicho conocimiento y patrimonio. Yo creo que va a ser lo más triste que pueda ocurrir a los paisajes culturales en Europa.

PM: Claro, en parte porque pone en peligro estos mecanismos sostenibles que además son ancestrales.

BML: Que son ancestrales, que son sostenibles, que generan múltiples contribuciones en la naturaleza. No solo una. No solo tratan de producir alimentos, sino intentan regular el agua y el control de la erosión. Ellos trabajan de manera holística. Trabajan con todos los procesos que puede haber.”

PM: Hay un avance en reconocer el ILK, pero todavía chocamos con el pensamiento más científico, que además tiende a ser tradicionalmente conservador. Es una ontología diferente, además es esto un reto por el hecho que las comunidades locales e indígenas requieren o necesitan, un conocimiento más formal y más asociado a las sociedades de pensamiento más reduccionista, como lo es el occidental. A tu parecer, ¿cómo crees que los investigadores actuales y futuros puedan conectar esas brechas de conocimiento?

BML: Lo primero de todo es decir que el conocimiento local e indígena en sí mismo tiene valor porque es un patrimonio cultural y que no siempre tiene practicas sostenibles. Pero simplemente por el mero hecho de que exista es un patrimonio cultural.

BML: Segundo, que reflexionemos cada vez que hagamos investigación o cada vez que practiquemos cualquier política de manejo sobre territorios donde existen estas poblaciones con conocimiento locales, en las posibles implicaciones que esto pueda tener en dichas comunidades, tanto negativas como positivas. Me refiero a hacer un proceso de reflexibilidad, un proceso de posicionamiento de uno mismo como investigador en esta comunidad y que seamos muy claros y transparentes en que puede suponer para la comunidad. Normalmente soy testigo, y yo lo hacía antes cuando era más joven, de que uno va, toma los datos, publica, y no piensa en que impacto pueda haber tenido el mero hecho que yo llegara con una grabadora o una cámara de fotos, o el mero hecho de mis preguntas. Tener una reflexión sobre las consecuencias de nuestra investigación y comentarlo con los propios miembros de la comunidad, creo que es necesario.

BML: Por otro lado, yo creo que de las cosas más ricas o de las estrategias que nos pueden generar resiliencia al cambio ambiental es la diversidad. Y no solo diversidad de especies o de servicios de los ecosistemas, sino también la diversidad de conocimientos. Y, para mí, ambos conocimientos, los conocimientos locales y los científicos, son complementarios y como tal se están hibridando. Creo que es mucho más valioso ser conscientes de cómo se está dando la hibridación, y ser conscientes sobre lo que se pierde o gana con esta hibridación.

PM: ¿Qué comentarios nos puedes dar sobre tu experiencia en la conferencia?

BML: Fue muy interesante precisamente porque uno de repente es consciente de como un cambio paradigmático genera resistencias. Pero también ha sido muy interesante¸ porque a través del diálogo y un proceso de coproducción de conocimiento con los delegados de los países participantes se pudo llegar a generar entendimientos comunes. El cambio de paradigma genera resistencias¸ pero a través de días de discusiones, discusiones constructivas, de escucha empática, conseguimos llegar a un acuerdo y ha sido muy constructivo y muy productivo. Así que para mí fue una experiencia muy buena el hecho de ser parte del proceso de coproducción de conocimiento con los delegados que nunca había experimentado. 

Foto: IISD/ENB | Diego NogueraFoto: IISD/ENB | Diego Noguera.

BML: Y creo que ha sido, como te decía, una experiencia modelo de lo que es el ‘science-policy interface’. Así que, en general, fue algo muy positivo.

PM: ¿Resistencias, en qué sentido?

BML: Pues en el sentido de que cuando uno viene con, por ejemplo, el nuevo concepto de los NCP como paradigma, viene en un escenario donde países europeos que en sus políticas ya han agramado e incluido el concepto de servicios. Eso genera resistencia¸ porque tienen en sus políticas la idea de servicios de ecosistema que ha sido implementada hace pocos años y ahora, de repente, parece que está queriendo que se vayan a los NCP. Eso genera una resistencia inicial. A través del proceso de coproducción de conocimiento vivido en Medellín¸ se entendió que los NCP no sustituyen al concepto de servicios ecosistémicos. La idea no es sustituir, la idea es que los NCP abarquen los servicios ecosistémicos.

PM: Me parece muy interesante como se están haciendo estos cambios. Es un gran avance del IPBES.

BML: A mí también, me parece maravilloso. El tema del ILK y la pluralidad de valores y la idea de los NCP me parece que realmente está rompiendo esquemas.

Tras tres años de desarrollo y alrededor de 5 millones de dólares (USD), los Informes de evaluación regionales sobre la biodiversidad y los servicios de los ecosistemas de IPBES han involucrado la revisión de millares de artículos científicos, además de informes gubernamentales y otras fuentes de información, que incluyen el conocimiento indígena y local. Estos documentos representan las aportaciones conjuntas más importantes de expertos en esta década respecto al entendimiento de la naturaleza y sus contribuciones a las personas, ofreciendo rutas para futuras acciones. Para acceder a los SPM de las cuatro regiones, visite https://goo.gl/oJ4DRq. Los informes completos (incluidos todos los datos) se publicarán más adelante en el 2018.